miércoles, 8 de septiembre de 2010


FIN DE CICLO


La ÑBA no va a revalidar su título de campeona del Mundo al sucumbir con Serbia en los cuartos de final del Mundial que se disputa en Turquía. 92-89 fue el marcador final de un agónico partido en el que los de Scariolo fueron a remolque durante gran parte. El acierto de los jugadores balcánicos desde más allá de la línea de 6,25 fue clave en la resolución del choque. Teodosis hundió a España a falta de 3 segundos con un triple antológico.

Serbia comenzó el encuentro animosa y se llevó el primer parcial con una diferencia de 4 puntos apoyándose en la gran muñeca de la que disfrutan sus jugadores. 27 puntos son muchos en un cuarto y habla bastante y mal de la endeblez de la defensa española. En el segundo cuarto reinó la mismo tónica. Una selección española que hacía la goma, impotente, ante el acierto balcánico.

Gracias a la defensa y a Navarro y Rudy, la ÑBA consiguió ponerse por delante en el tercer periodo, pero todo fue un espejismo. Pronto, una racha anotadora de Savanovic y un gran Velickovic (que en Serbia sí rinde como corresponde a un jugador de su nivel), ponían las cosas de nuevo en su sitio. La fe de estos jugadores, la casta, el grupo, la confianza y, ante todo, la defensa volvió a poner las tablas en el tanteador. Restaban 25,8 segundos y la posesión era serbia. Es en este punto, en el que a gran parte de los jugadores se les encoje la muñeca, les quema el balón y les puede la presión, cuando Teodosis, tan extraordinario, tan genio y tan intermitente, se erigió protagonista. Soportó la presión de Llull durante 20 segundos, pero, un bloqueo hizo que la casualidad le emparejara con el, para mí peor defensor de la selección. El base del Olympiacos miró a Garbajosa a la cara y este, hizo lo imperdonable, le dio un metro a un jugador cuya mayor habilidad es el tiro exterior. Teodosis lanzó un triple desde 9 metros, maravilloso, mágico, devastador, indefinible.

Habrán escuchado muchas veces la frase "un segundo en baloncesto es mucho". Pues bien, nos quedaban tres segundos para arreglar el entuerto. Tres segundos, a veces un mundo, no dieron ni para que los nuestros pudieran lanzar a canasta. En una decisión equivocada para mí, nuestro mejor triplista saca de banda y le da el balón a Garbajosa, que lo pierde. Se acabó el sueño, no habrá medalla, una selección que en los últimos años caminaba por senderos de gloria cierra, para mí y para muchos, un ciclo.

Y lo cierra porque Scariolo no ha dado la talla como seleccionador nacional. Insistía en mantener la zona cuando los serbios nos fulminaban a triples, mala gestión de las sustituciones durante todo el campeonato que ha dado lugar a la polémica de la primera y segunda unidad. Un técnico que no está seguro de lo que hace transmite dudas a sus jugadores y eso se refleja en la pista. Se cierra un ciclo porque jugadores como Mumbrú y Garbajosa debieron en su día retirarse de la selección como hizo el capitán Carlos Jiménez. Hay que dar paso a las nuevas generaciones. España nunca ha sabido jugar los segundos finales de un encuentro. Perdimos un Eurobasket en similares circunstancias a las de ayer, incapaz de anotar una canasta ganadora o que nos de vida. No sabemos jugar esas situaciones.

España perdió con orgullo, pero perdió. Se deben buscar fallos y analizarlos aunque al final lo que se recordará será un triple desde 9 metros. Se puede y se debe hablar de fracaso, no se va a luchar ni siquiera por el bronce. ¿Relevo generacional o derrota puntual? No se sabe con certeza. Serbia va al alza y España tiene que introducir nuevos jugadores. En el próximo Eurobasket el siguiente capítulo que se antoja definitivo para algunas figuras ilustres y con mucho peso en el vestuario.