lunes, 11 de agosto de 2014

DIEGO, PORTERO Y PROFESIONAL COMO POCOS

Voy a intentar ser lo más aséptico posible en estas líneas y voy a tratar de enjuiciar, por llamarlo de alguna forma, el paso –segundo paso- de Diego López por el Real Madrid. No pretendo entrar en guerra de trincheras ni en debates absurdos con Iker Casillas. Cada cual tiene lo suyo según sus méritos y trabajo después de años. Casillas tiene la gloria, merecidísima tras años de inmaculada trayectoria, y Diego López, con su trabajo, llegó para sustituir una baja por lesión y acabó arrebatando el puesto al Santo. Parcialmente.

Ya en 2007, con Fabio Capello al mando, Diego López estuvo más cerca que lejos de la titularidad en detrimento de Casillas, de nuevo. Su altura, su envergadura, sus reflejos, su juego con los pies y su seguridad en el juego aéreo, convencieron al técnico italiano durante la pretemporada de la que, a la postre, sería la ‘Liga de las remontadas’. Recuerdo que la gente por entonces ya se echaba las manos a la cabeza ante la posibilidad de Casillas fuera al banco. Pues no saben lo que les esperaba.

El caso es que ante este amago de protagonismo que rozó el gallego, Diego reflexionó y cayó en la cuenta de que tenía nivel para triunfar fuera del club de toda su vida (es canterano blanco). Lo consultó con sus más allegados y tomó la decisión de abandonar el Madrid en busca de la gloria lejos del Bernabéu. O quizás solo buscaba un equipo en el que pudiera jugar para demostrar que en partidos oficiales y no solo en entrenamientos podía ser mejor que el mejor portero del mundo.

Llegó con el cartel –fatal determinado- de ‘segundón’ al Villarreal. Y allí explotó como portero. Cinco años defendiendo la portería del submarino amarillo. Allí consiguió estabilidad y demostró su entrega y compromiso cuando, después de una temporada de ensueño en Liga donde el Villarreal consiguió el subcampeonato, el equipo descendió y Diego López permaneció en el club a pesar de las múltiples ofertas que recibió. Fue, además, uno de los pilares fundamentales para el regreso de los castellonenses a Primera.

Pero no quiero que esto se convierta en una biografía ni en un repaso a su carrera. Cinco años después, fichó por el Sevilla -donde fue suplente- para volver al Real Madrid en el mercado de invierno del 2013 como portero titular por la lesión en una mano de Iker Casillas en un lance con Arbeloa en Mestalla. Seguramente aquí comenzaría la mejor etapa profesional de Diego aunque quizás una de las más duras psicológicamente aunque siempre disimuló muy bien que no le afectaba la opinión pública: ni la positiva ni la negativa.

Por casualidades de la vida –nada de echarme flores- con la primera persona con la que habló Diego López tras llegar a Atocha procedente de la estación de Santa Justa (Sevilla), fue conmigo. Bueno, en realidad el primero fue García-Col, responsable de relaciones de la primera plantilla blanca y exjugador de baloncesto del club. El caso es que de lo poco que pudo decir aquel día Diego López, me confesó: “Aún no he hablado con Mourinho, no sé si me quiere de titular o de suplente de Adán, pero estoy contentísimo”.

Diego cumplió su objetivo: se fue para volver, y volvió. Y lo hizo con su mujer Iria casi de escolta y el carrito que portaba a su niña abriendo paso ante la prensa. De un día para otro, el cancerbero gallego volvía a estar en el foco. Y de qué manera. El Madrid se había gastado 4 millones de euros por el portero suplente del Sevilla que, para colmo, se había criado en el club. Presión añadida. Nada comparado con lo que quedaba por venir. Comenzó a jugar con la total confianza de Mourinho y lo hizo de forma muy notable. Tan solo recuerdo un medio fallo, en un gol de Riki en Riazor que entra por el palo de Diego. Pero nada dramático. Las turbulencias comenzarían pronto.


De hecho, en cuanto Casillas recibió el alta médica. En ese momento, todo el mundo daba por hecho que el de Móstoles volvería a la titularidad y el gallego pasaría al banco. Pero no. Quizás no jugó a su favor la guerra abierta que Mourinho mantenía con Iker y puede que aquí Diego López se viera en una encrucijada a la que nadie le había invitado. Iba a convertirse en un daño colateral de un conflicto personal que no iba con él.

Casillas ya estaba recuperado pero Mourinho siguió confiando en Diego, se había gando el puesto a base de sacrificio y trabajo y había conseguido lo impensable en el Madrid desde hacía 10 años: que Casillas pareciese sustituible y prescindible. Este hecho llevó esta guerra a los medios: pro Casillistas contra pro Mourinhistas. Enfrentamiento que en los medios alcanzó tal dimensión que se trasladó a los ciudadanos de a pie, que -¡cómo no!- acabó radicalizando un tema inventado para disfrutar: el fútbol. Aquí está la cuestión.

Los medios y la prensa siempre han influido según amistades. Esto funciona así desde que el periodismo es periodismo. Pero no solo en el deportivo, en el político igual. Los medios, antaño, eran los únicos que tenían voz y la opinión pública se creaba a partir de su subjetividad. Y la gente se creía lo que leía, veía y escuchaba. Pero este invento llamado Twitter, ha dado voz a todo el mundo. A todo: a periodistas, a empresarios, a albañiles, a carniceros y también a cobardes que se esconden tras el anonimato para insultar. Pero esto no viene al caso.

Decía que Twitter se ha convertido en un megatrampolín de opiniones. Y la gente no es tonta y nunca lo ha sido. Y se han dado cuenta de que a veces los medios quieren vender algo que no es. Y aquí comenzó el drama entre pro Casillistas y pro Mourinhistas. Cada uno movido por sus intereses llevaron el debate de la portería madridista hasta un punto de no retorno.

Y esto, por mucho que se quiera negar, dividió al madridismo. Existían los que querían echar a un entrenador que trajo mucha polémica al club, que en ocasiones manchó su imagen pero que también tuvo el valor de hablar claro y quitar caretas. No voy a valorar sus éxitos deportivos en el Real. Y, en el otro lado, también estaban los que se posicionaron al lado del míster luso y querían echar al mayor emblema del club desde que se fue Raúl y al que acusaban de filtrar información a la prensa. Así estaba el patio. Afición dividida, prensa dividida e incluso vestuario dividido. Y Diego en medio de todo.

Quizás el día en que Diego López comenzó a salir del Madrid fue el 13 de mayo del 2013 cuando Mourinho reconoció que “mientras yo sea entrenador del Madrid, va a jugar Diego. Iker no va a jugar. Es fácil”. La situación solo tenía una escapatoria. O salía el luso o salía de la forma más traumática posible Iker Casillas, con lo que esto hubiese conllevado. Por esto, el pecado de Diego López fue ser petición de Mourinho.


Comenzaba este artículo compartiendo mi intención de nombrar a Casillas lo menos posible, pero es difícil. Una vez Mourinho volvió al Chelsea y pasó el verano, las cosas se calmaron. Se suponía que cuando llegara un entrenador nuevo sin problemas personales con Casillas, el capitán del Madrid volvería a la portería blanca. Casi por decreto.

Y llegó Ancelotti, con un discurso conciliador y un carácter tranquilo que parece ir en contra de los extremos. Y algo debió ver en Diego o algo no debió ver en Casillas que, contra todo pronóstico, en la primera jornada de Liga, en el primer partido oficial de la temporada colocó al gallego de nuevo de titular. ¡BOOM! Volvió a saltar todo por los aires.

Dos semanas después, con Casillas aún suplente, Ancelotti tomó una decisión salomónica, algo que nadie recomendaba. Diego López jugaría en Liga mientras que Casillas sería titular en Copa del Rey y Champions. Esto es, un portero los fines de semana y otro, entre semana. Algo que no garantizaba la continuidad competitiva de un puesto tan importante como el del arquero. Pero Ancelotti se puso firme, advirtió que la decisión era inamovible y el debate cesó. Ya no había. Las cosas iban a ser así.

Y no le salió mal la jugada a Carletto. El Madrid dio la cara en la Liga casi hasta el final y ganó Copa y Champions. No se le recuerdan errores de bulto a ninguno de los dos porteros. Quizá a Diego el gol de Gabi en el Calderón y, sin duda, el fallo más grave de Iker fue en la final de la Champions. Una salida a destiempo –trauma que ha acompañado al de Móstoles durante toda su carrera- que casi cuesta la ‘Décima’ a los blancos de no ser por el milagroso gol de Ramos.

Fallo que se amortiguó por la consecución de la tan ansiada ‘Orejona’ pero que quedó en el subconsciente del madridista. Con Casillas ocurre que nadie le va a poder echar del Madrid y ojo, yo no quiero que le echen. Le ha dado tanto al club que sería injusto. Pero también es injusto tener que jugar por decreto cuando hay un compañero que está mejor. Los méritos del pasado no le van a devolver a Iker los reflejos, la flexibilidad, la potencia en el salto y quién sabe si la confianza que, a ojos de todos, ha perdido. Cuando Casillas deje el Madrid será por decisión propia.

Hizo un mal Mundial y ha suspendido en pretemporada mientras que Diego López ha estado entrenando duro para llegar a punto al inicio de la campaña. Según Vecchi, entrenador de porteros blanco, Diego es uno de los mejores guardametas de Europa. Las malas actuaciones de Casillas volvieron a abrir el debate, un debate que ya no quieren desde las oficinas de Concha Espina. Es por ello que los dirigentes blancos decidieron contratar a Keylor Navas como indirecta para que Iker o Diego dieran un paso al frente y uno de los dos abandonara el club. Pero ninguno lo hizo. Y como a Casillas no se le puede echar porque es el capitán y el símbolo y tampoco toma la decisión de irse, han tenido que forzar a Diego porque no van a tener a tres porteros de primer nivel en la plantilla. Si con dos hay problemas, imaginaos con un tercero en discordia que, además, está al nivel de los otros dos. De locos la que se puede montar.


Esto es una fórmula que, desde mi punto de vista, me parece errónea. Sin uno de los dos no se va a acabar el debate. El lío terminará cuando Casillas tome la decisión de salir por voluntad propia. Parece la única solución. Él es el foco de todo por lo que representa dentro del Madrid. Mientras él esté, y además siga fallando, las discrepancias sobre quién debe ocupar la portería continuarán aunque sea yo el segundo cancerbero.

Han forzado a Diego a irse, que va a salir al Milán, pero ahora el debate será Iker-Keylor. Es así. Dudo que hubiese tema de conversación si la pareja de porteros fuera Diego-Keylor. Pero bueno, yo creo que desde la planta noble del Bernabéu esperan que Casillas abandone el club si no este verano, el siguiente. Siempre por mutuo propio. Nadie le va a echar, repito.

El caso es que se ha cometido una injusticia deportiva pero, por lo menos, parece que no social. Todo el mundo es consciente de que Diego es un portero validísimo para el Madrid y, quizás, esta salida forzada no haga si no aumentar el reconocimiento ganado en el campo y la heroicidad de haber aguantado año y medio en estas condiciones. Medio país apoyándole y otra media esperando un leve fallo para pedir la vuelta del capitán de España. Qué difícil. Y qué pena.

Parece que con el trabajo diario no basta para triunfar al menos completamente. Diego incluso era alternativa clara para ir al Mundial a disputarle el puesto a Casillas tras la grave lesión de Víctor Valdés. Pero Del Bosque no quiso que el debate de los madridistas creciera y se convirtiera en el debate de toda España. Otra pena. Ir a un Mundial es el mayor regalo y recompensa para un futbolista. Y que me diga alguien si Diego no se merecía algo así. En fin.

Además de ejemplar en los entrenamientos y en el campo, Diego ha sido ejemplar ante la prensa. Nunca ha querido hablar del tema, nunca ha querido decir una palabra más alta que otra. Él estaba centrado en su trabajo, algo que le honra y que acrecienta su profesionalidad. Tiene el cariño de sus compañeros y él lo sabe

Suerte a Keylor Navas, porque si Iker no se va antes del 31 de agosto, esto, me da a mi, no va a quedar aquí. No digo que Casillas sea un problema, solo digo que Diego no lo es. En el día en el que se va a anunciar oficialmente su marcha al Milán, no queda otra que desearle toda la suerte del mundo en su nueva etapa en la capital italiana. Ojalá consiga éxitos en un coloso europeo como es el equipo ‘rossonero’ aunque, bien es cierto, venido a menos.


Se va Diego y lo hace con grandeza, sencillez y educación. “Solo puedo dar las gracias al Real Madrid. Me quedo con el respeto ganado. A veces una mirada vale más que mil palabras y lo he podido ver en el rostro de muchos en la despedida”. Más razón que un santo (y van sin segundas). Se va con el reconocimiento del Madrid y de España y aunque él ha intentado por primera vez levantar la voz –le dijo a los dirigentes blancos que él es mejor que Casillas y que ellos lo sabían- no hay vuelta atrás. Hay que darle las gracias por su tesón y por todo lo que ha aportado al fútbol español.

lunes, 7 de julio de 2014

DE CUANDO CONOCÍ A DON ALFREDO

La culpa fue de mi buen amigo Ángel Martín. Me animó a ir al palco de honor del estadio Alfredo Di Stéfano de Valdebebas para presenciar un partido del Real Madrid Castilla de Jesé, Álex, Nacho, Joselu pero, sobre todo, de Morata. Era mi segundo año en Madrid y apenas había tenido contacto con el mundo del periodismo deportivo y estaba impresionado de verme allí, rodeado de gente conocida del mundo del fútbol: por allí se dejaron ver Emilio Butragueño, Julenn Lopetegui o jugadores de la primera plantilla que acudieron a ver el encuentro del filial como Pepe y Marcelo. Creo que fue la primera vez que vi de cerca a jugadores profesionales.

Pero toda aquella parafernalia iba a quedar eclipsada muy pronto: concretamente, el tiempo que tardó en hacer acto de presencia en el estadio que lleva su nombre, la Saeta Rubia, la leyenda futbolística, el mejor jugador de la historia, o lo que es lo mismo, Don Alfredo Di Stéfano. Recuerdo que sentí como si estuviera cumpliendo el sueño de tres generaciones: el de mi abuelo, el de mi padre y el mío propio. Ver la figura de Di Stéfano, apoltronado en aquella silla de ruedas, casi sin poder valerse por sí mismo pero sin abandonar aquello que le había dado todo en la vida: el fútbol y el Real Madrid.

Ángel y yo nos miramos y no hizo falta que habláramos. Sabíamos que teníamos que inmortalizar aquel momento. Esa situación no se daba todos los días. Nos acercamos, entre temorosos y respetuosos y preguntamos, casi a la limón:

-          “Don Alfredo, ¿le importa sacarse una foto con nosotros?”
-          “¿Por qué conmigo, pibes?”, respondió casi balbuceando.

Yo no sé si a Ángel también le ocurrió lo mismo, pero yo respondí con una risa nerviosa casi incrédulo por la pregunta que nos había formulado. La respuesta era evidente. Don Alfredo no quería ser protagonista ni en el estadio que  llevaba su nombre. Increíble.

-          “Si me hubiesen dado una peseta por cada foto que me tomé, sería millonario”, bromeó, a su manera, la Saeta Rubia.
-          “Muchas gracias, Don Alfredo”, agradecimos cortados aún por la experiencia que acabábamos de vivir.







Y esa foto y esa conversación se quedarán para mí por siempre –aunque no salgo muy bien porque la noche anterior había sido ajetreada, ya me entendéis-. Hoy la comparto con vosotros orgulloso. No siempre se da la oportunidad  de ver un partido de fútbol casi al lado del mejor jugador de la historia de ese deporte. Su cuerpo, escaso de energía, descansaba en aquella silla de ruedas, con el tronco encorvado, mientras apoyaba ambas manos en el bastón que le ayudaba a sostenerse  y a avanzar las raras veces que erguía su figura y se separaba de la silla. Pero su mirada, no se desvió en ningún momento del partido del Castilla. Y la mía, casi prestó más atención a su persona  que al encuentro. Estaba impresionado e impactado de tenerlo allí.

Estoy convencido de que si Florentino Pérez ganó por primera vez las elecciones a la presidencia del Real Madrid, en el año 2000, fue, en gran medida, por nombrar en su candidatura  a Don Alfredo como Presidente de Honor del club blanco –el fichaje de Luis Figo también tuvo mucho peso, claro-. Él lo había sido todo en el fútbol y en el Real Madrid, por eso, él, hasta hoy, ha seguido significando todo para los amantes del fútbol y más aún para los madridistas.

Yo, por edad, no lo vi jugar. He disfrutado con vídeos de sus mejores momentos: aquel gol de tacón, la final de la Copa de Europa que enfrentó al Real Madrid con el Eintracht de Frankfurt. Soy incapaz de juzgar si ha sido el mejor, porque la época era diferente y las comparaciones son odiosas, dudo que haya nadie mejor que Messi y Cristiano, pero de lo que sí estoy seguro es de que la Saeta cambió el fútbol; inventó el fútbol moderno.

No se nos debe olvidar que si hay niños que  hoy nacen y eligen ser del Real Madrid, es en buena parte por dónde colocó a ese club Di Stéfano tanto como jugador como de entrenador. El argentino, nacionalizado español, fue uno de los máximos responsables de hacer del Madrid el mejor club del siglo XX, tal y como lo reconoció la FIFA. Di Stéfano es fútbol, pero fútbol del bueno, del de combinar con el compañero, del de entregarse por él, del de hacer de este deporte una obra de arte. De ahí su legendaria frase: “El balón es de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto; bajen el balón al pasto”.

En cristiano, el balón al césped, que es su hábitat. Nada de rifarlo a pelotazos. Esa era su filosofía. Y no le fue mal. Los valores que transmitía, según los que le conocían, era más hermosos que su forma de practicar el balompié. Quizás por eso todos le quieren; quizás por eso en su adiós, triste adiós, nadie entiende de colores; quizás por eso, por todo eso, hoy el mundo del fútbol y el madridismo lloran por él. Hasta siempre, GENIO.

David Oller Molina

@David_Oller91

jueves, 29 de mayo de 2014

LOS THUNDER PROMETEN BATALLA

Los Thunder de Durant, Westbrook e Ibaka van a luchar hasta el final por llegar a la final de la NBA. Aunque enfrente estén los veteranísimos Spurs de Duncan, Ginóbili y Tony Parker. Y es que el de anoche fue, más que nunca, un partido de jugadores y no de equipo. Entre Durant (31) y Westbrook (40) sumaron 71 puntos que dieron la puntilla a los de San Antonio. Además, en la zona, los ‘truenos’ tienen al español Serge Ibaka que salvaguarda siempre el aro de los suyos -3 tapones anoche-. Imagen
El partido tuvo poca historia desde el principio porque Oklahoma impuso su ley en el choque. Los jugadores importantes de los Spurs no aparecieron en toda la noche y, en especial, los jugadores de la pintura, hicieron agua. Ni Duncan, ni Diaw ni Tiago Splitter pudieron con el dúo formado por Ibaka y Perkins, absolutos dominadores de los aros. Ambos capturaron diez rebotes cada uno.
El pobre juego colectivo e individual de San Antonio se vio reflejado en todos los parciales. 58-43 se llegó al descanso y en ningún momento los Spurs tuvieron capacidad de reacción aunque lo intentaron en el último cuarto. Finalmente, 105-92 para Oklahoma que consigue empatar la final de Conferencia en lo que promete ser una eliminatoria de infarto y que apunta a decidirse en el último partido.

miércoles, 21 de mayo de 2014

DE LESIONADOS VA EL ASUNTO

Es una pena. Una tremenda pena. Una pena que a menos de tres días de la histórica final de Champions que va a vivir España, y más en concreto la ciudad de Madrid, casi no se hable de fútbol ni de aficionados y que se hable de lesionados. Y no de lesionados cualquiera -sin infravalorar a nadie, pero ustedes me entienden-. Se han ido a estropear los jugadores más mediáticos de cada equipo. Cristiano, Bale, Benzema y Pepe por los de Ancelotti y Diego Costa y Arda Turan por parte colchonera. Ahí es nada.

Soy plenamente consciente de que las dolencias van y vienen a lo largo de la temporada y puede que haya sido mala suerte que se amontonen en la semana clave, pero también tiene que ver en esto, y mucho, el sobrecargado calendario que sufren las plantillas. Por la premura del Mundial el próximo mes de junio, la temporada que aún no ha acabado ha ido a quemarropa. Y eso los jugadores lo notan porque no son máquinas perfectas.

Y se demuestra en que los futbolistas más fuertes físicamente son los que llegan arrastrándose a la gran cita del año. Cristiano, Bale y Diego Costa, físicamente inmejorables, muy superiores al resto y de los que llevamos escuchando hablar en los medios una semana porque los tres son duda para el partido más importante del Madrid en doce años y del Atlético en cuarenta.


Hasta cierto punto es entendible que los medios se congratulen de que estas cosas sucedan. Añaden morbo y así no escasean los contenidos. Pero pensemos fríamente: ¿qué jugador va a querer perderse la final de la Champions? Muchos de ellos no volverán a jugar una y, si pueden, van a forzar, con el Mundial a la vuelta de la esquina y asumiendo un riesgo muy alto de perdérselo (en el caso de Bale no ya que Galés no está clasificada).

Y así, a falta de tres días, tenemos a Diego Costa viajando a Serbia para que la doctora "milagro", una tal Kovacevic, le aplique placenta de caballo para que esa lesión muscular disminuya de manera veloz; a Arda Turan pagando un viaje a un doctor turco de confianza que le dé una segunda opinión aparte del diagnóstico que le ofreció el cuerpo médico del Atlético; a Cristiano y a Bale casi recuperados pero con el susto en el cuerpo; a Benzema casi descartado para jugar, aunque sea de inicio, y a Pepe estrujándose en el gimnasio para intentar un objetivo que cada día parece alejarse más: llegar a Lisboa.

Con este panorama parece que los dirigentes de nuestro fútbol no aprenden y hoy, discutiendo la fecha de inicio de la próxima Liga, han vuelto a existir desavenencias. Equipos que votan por comenzar el 17 de agosto y otros, los que cuentan con jugadores mundialistas, el 24. De comenzar el 17, los futbolistas que acuden al Mundial y que lleguen a rondas avanzadas de la competición tendrán apenas 20 días de vacaciones. Lo malo de Tebas de y sus secuaces no es que sean malos. Lo malo es que no aprenden.

miércoles, 14 de mayo de 2014

POLÉMICA VICTORIA DE LOS THUNDER

 “Nos han robado”. Así de claro se mostró Doc Rivers, entrenador de Los Ángeles Clippers tras la épica remontada que los Oklahoma City Thunder completaron anoche ante su equipo. El conjunto liderado por Kevin Durante remontó 7 puntos en 50 segundos. De esta forma, los de Oklahoma le devolvieron la moneda a los angelinos por su victoria en el último cuarto del pasado domingo. La eliminatoria queda ahora 3-2 para el quipo donde juega Serge Ibaka.

El encuentro estuvo dominado durante los 47 primeros minutos por los Clippers, pero cuando Durant y Westbrook se pusieron el mono de trabajo, consiguieron entre los dos un parcial de 8-0 en los últimos 49 segundos para dar la victoria a los Thunder. Todo comenzó con un triple convertido por Kevin Durant, que reducía la ventaja angelina a cuatro puntos. Tras un mal ataque de los Clippers, el propio Durant finalizó un contraataque con una bandeja para dejar el marcador en 104-102.

Y a partir de ahí, toda una cadena de desaciertos por parte de Chris Paul: perdió el balón y cometió una polémica falta sobre Westbrook cuando este lanzaba de tres. El base anotó los tres tiros libres para poner a su equipo un punto por delante (104-105). Quedaban 6,4 segundos pero los Clippers no fueron capaces ni de levantar el tiro, ya que Paul volvió a perder el balón para rubricar la derrota de los suyos.


El español Serge Ibaka, por su parte, completó un partido muy serio con 8 puntos, capturó siete rebotes y puso dos tapones. El sexto asalto de este gran combate, el jueves en el Staples Center de Los Ángeles.

sábado, 26 de abril de 2014

MÁS QUE UNA PERSONA

Al final me he animado aunque ni siquiera sé si esa es la expresión correcta. No soy yo muy amigo de escribir en este tipo de ocasiones y menos de alguien a quien no tuve la oportunidad de conocer en persona pero creo que Tito merece unas líneas, aunque sean a vuelapluma. Como digo, conocerle debió ser un placer que no tuve pero me bastan los testimonios de sus allegados para hacerme una idea fugaz de lo que era y representaba Francesc Vilanova i Bayó.

Siempre en un segundo plano, no luchaba por el protagonismo de los focos aunque él supiera de fútbol el doble que el resto. Ni siquiera se vio sobrepasado cuando la actualidad y las circunstancias le colocaron de primer entrenador del F.C. Barcelona. Porque Tito era así, natural. Gestionó el éxito personal y colectivo de su plantilla de la misma forma que afrontó su enfermedad. Dos años y medio luchando a la sombra contra ese monstruo que cuando aparece en el cuerpo cabalga incesante hasta destruir a la persona. Puto cáncer.

Ya nada se puede hacer que no sea enviar palabras de ánimo y apoyo que reconforten a la familia y amigos. El Barcelona, su club, le ha preparado un emotivo homenaje en el día de hoy y ha decretado tres días de luto oficial. Mientras, su gran amigo y compañero diario de trabajo durante años, Pep Guardiola, sufre la noticia desde Múnich aunque, seguramente, él ya fuera conocedor de este fatídico desenlace desde hace días.

De Tito nos queda su carácter incansable, su pundonor, su lucha infinita hasta que el cáncer fue más fuerte. No se cansó de luchar, no se rindió. Ese es el legado que nos debe quedar de él. Si alguien -como muchas otras personas que se enfrentan a este demonio- es capaz de sobreponerse a este fatal destino, los que tenemos problemas mucho menores debemos poner toda nuestra fuerza en solucionarlos. "Valorad todo lo que tenéis porque nunca sabes cuando llega tu hora", dijo una vez. No se puede tener más razón. Que nos sirva de ejemplo  y aprendizaje a todos, tal y como dicen sus ex jugadores.


Tito era un hombre de fútbol y el destino no nos ha dejado disfrutar de su forma de entrenar. Hasta sus últimos días, cuentan que apuntaba detalles del juego. De esos que hicieron grande al Barcelona de Guardiola y suyo. Tenía 45 años, le quedaba media vida. Seguro que en la que le toca a partir de ahora, donde quiera que esté, le van a devolver lo que no le han dejado disfrutar en esta. O eso espero, porque la gente que se va tan joven deja aquí mucho más daño del que es capaz de llevarse. Descansa en paz, Tito.

domingo, 12 de febrero de 2012

Cristiano quiere esta Liga

Salvo hecatombe, al Madrid ya no hay quien lo pare en su carrera hacia el campeonato. Se gusta, gana, golea y anima el cotarro de remontada en remontada. Pone chispa a los partidos con graves despistes defensivos pero luego avasalla porque combina bien, es vertiginoso, lo remata todo y Cristiano Ronaldo es un delantero voraz, desbordante en todas las facetas. No le había marcado todavía al Levante pero firmó un ‘hat trick’ que dejó en anécdota el gol inicial de Cabral. Lo celebró con un abrazo a Mourinho que se convirtió en piña colectiva junto al banquillo escenificando el preludio del título. El duelo tuvo un dominador indiscutible pero quedó marcado por el penalti y la expulsión de Iborra cuando agonizaba el primer período y los granotas todavía soñaban con la proeza.

De nuevo, el choque entre Real Madrid y el batallador Levante dará que hablar. Porque el equipo más veterano de la Liga, curtido en mil batallas, no se arruga, porque Koné pone en aprietos a cualquier defenas y porque siempre hay polémica. Para empezar, un gol mal anulado a Benzema por fuera de juego. Luego, Ramos debió ser expulsado por propinarle una patada sin balón a Del Horno y al borde del descanso se produjo la jugada en la que el Levante se desarmó. Forcejeaban Iborra y el ‘Pipa’ por un balón elevado que le cayó en las manos al visitante. Voluntarias o no, fueron tan claras que Undiano no podía dejarlas pasar por alto. Penalti y segunda amarilla.

Los de Mourinho encauzaban un choque que ellos mismos se complicaron por un nuevo despiste a balón parado. Con todos fríos, Farinós lanzó una falta lateral que remató a placer el central argentino Cabral en el segundo palo. Ramos metió un brazo innecesario que provocó la infracción, luego no fue contundente en el despeje, ya que apenas peinó el balón, y Arbeloa se despistó para enfado mayúsculo de Mourinho. Un grave error que enfadó sobremanera al portugués. Pese al 0-1, a la buena defensa valenciana y algún susto en aisladas contras bien llevadas por el delantero marfileño, un lujo para el equipo revelación, en el Bernabéu no había angustia. La afición blanca está vacunada y sabe que su equipo exhibe un gen ganador que adorna solo a los campeones.

Se despistó atrás y fue un grupo demasiado largo, pero había gustado el Madrid en el primer tiempo. Con todos los jugones, a excepción de Kaká, las combinaciones en ataque se hacen vertiginosas. Y siempre pasan por el mago Özil, quien firmó un pase maravilloso que dejó en evidencia a Coentrao. Le metió un balón con el empeine exterior y el portugués, bastante limitado, no supo ni anticiparse, ni pararlo, ni rematarlo. Granero también estuvo sublime hoy e hizo algo que nadie hasta ahora había conseguido: brillar más en el centro del campo que Xabi Alonso. Aportó dinamismo y provocó superioridad en la frontal rival.

Tras el descanso, el Madrid fue un vendaval que transformó en polvo el muro que trató de construir el técnico levantino. Cristiano se colgó en el aire para darle la vuelta al partido tras buena jugada de Higuaín y aseguró la victoria con un obús desde fuera del área. De esos disparos ‘made in Madeira’ que suben, bajan, cambian de trayectoria y descerrajan cualquier portería. Supuso el gol 4.000 de los merengues en Chamartín. Koné encontró premio a su encomiable esfuerzo con un buen cabezazo que, lejos de generar incertidumbre, aumentó el hambre del Madrid. Quedaban el bello gol de Benzema, que se abrió hacia la derecha para encontrar ángulo y clavarla de rosca. La afición lo festejó con gritos a favor de Mourinho y contrarios a una final de Copa en el Bernabéu. Con diez puntos de ventaja sobre el Barça, la Liga está más cerca para los blancos.